La necesidad de generar espacios donde convivan disciplinas que inviten a explorar los aspectos más creativos de la identidad
Septiembre de 2025, Saravia Salazar Yamila
La moda y la literatura tienen una relación bidireccional y profunda. A través de ambas se cuentan historias, se reflejan momentos específicos de época, inspiran y transforman la realidad; y a su vez desafían la creatividad de su público invitándolos a ser originales en un mundo liderado por las tendencias.
Viendo el cronograma de actividades para la feria del libro 2025 en Santiago del Estero, algo que llamó mi atención es la hibridación de un espacio que inicialmente fue pensado para compartir literatura pero que a lo largo de los años se ha fusionado con otras disciplinas artísticas. Siendo estos la música, las producciones audiovisuales, el dibujo, el teatro e incluso la inteligencia artificial. Sin embargo, siendo este un espacio híbrido y tan diverso, donde conviven diferentes elementos importantes de nuestra cultura, la moda no está presente.
Si nos ponemos a pensar, la moda y la literatura tienen una relación muy estrecha a la hora de contar historias. Los autores utilizan la vestimenta para contextualizar sobre el momento, dar a conocer la época en la que transcurre, la posición económica de los personajes y reflejar los cambios sociales y culturales a lo largo de la historia.
La ropa muchas veces pasa a ser un elemento muy importante en la construcción de la identidad de personajes marcando sus ideales y valores. En Los Juegos del Hambre por ejemplo, Suzanne Collins utiliza la moda para distinguir a las personas del Capitolio y a los de los distintos distritos, haciendo una clara diferenciación de clases y de poder.
Pero además de ser utilizada como elemento de distinción, también es utilizada como herramienta narrativa a la hora de definir un personaje, reflejar su cultura, edad, personalidad y carácter. El vestuario pasa a ser un elemento clave en la formación de la identidad que el personaje utiliza para presentarse ante los demás.
Por más que a veces pase desapercibido, la forma en que nos vestimos refleja mucho más de nosotros mismos de lo que pensamos. Podemos comunicar nuestro estado de ánimo, de dónde somos y a dónde vamos, nuestra cultura. A través de los colores, las texturas, accesorios, estampados y gráficos en las prendas estamos diciendo, básicamente, quienes somos.
La cultura se ve reflejada en nosotros, en los libros y en la forma de vestir. La globalización y la tecnología han colaborado para que actualmente tengamos acceso a diferentes elementos de otros lugares, permitiendo una hibridación cultural. Esto que a su vez nos ha llevado a una sobreexposición que, de alguna manera como argentinos y santiagueños orgullosos nos lleva a valorar y apreciar y enalzar aún más lo nuestro.
La feria del libro es uno de esos espacios que como santiagueños nos permite conectar con lo nuestro, autores y autoras de nuestra tierra, músicos y artistas locales participando y mostrando su arte, su manera de entender y expresar su identidad siendo creativos.
Creo que es necesario la combinación de estos espacios y no verlos como algo aislados. Por eso creo que hubiera estado bueno utilizar el espacio para promover a diseñadores locales que están desafiando las reglas con creaciones únicas que transmiten la identidad santiagueña, como por ejemplo la colección Argentus by Zagarra y especìficamente la línea raices que utiliza elementos representativos de nuestra provincia.
Dentro de las actividades de la feria del libro se encuentran talleres creativos para escribir, dibujar, así como también una competencia de cosplay donde las prendas y el maquillaje cobran mucha importancia. Hay muchos diseñadores que han utilizado la literatura como inspiración para sus colecciones, y muchas personas que se visten inspirados en un libro o personaje de su gusto o tratando de replicar su “aura”.
Una propuesta que se me ocurre sería que hubiera talleres de escritura sobre cómo utilizar la moda en las narrativas de las historias, tal vez una competencia de “Outfits inspirados en personajes literarios”, conversatorios de diseñadores locales contando cómo utilizan sus prendas para contar historias y por qué no, un desfile donde se muestren todas esas ideas.
En lo personal significa mucho que en la provincia existan espacios en los que convivan diferentes disciplinas que expresan ideas, emociones, experiencias y cultura, sobre todo desde lo local. Además de ser espacios de encuentro, aprendizaje y entretenimiento, ayudan a fomentar diferentes maneras de explorar y vivir la identidad santiagueña de una manera creativa.