Septiembre del 2025, Alzogaray Oliveri Milagro

Imagen de Roberto Piazza, Santiago del Estero

Lejos de las tendencias globales, un movimiento creativo en Santiago del Estero redefine la moda, fusionando la herencia cultural con la innovación. Diseñadores y artesanos locales tejen narrativas únicas, transformando cada prenda en un testimonio vivo de su identidad.

En el corazón cultural de Santiago del Estero, donde la historia y la tradición se entrelazan en cada esquina, una nueva generación de creadores está redefiniendo el concepto de moda. Estos talentos locales, alejados de la producción en masa, apuestan por la autenticidad, la sostenibilidad y un profundo valor cultural en cada una de sus piezas.

“La moda santiagueña es un reflejo de quiénes somos, de nuestras raíces”, afirma Guadalupe Tevez, diseñadora textil que colabora estrechamente con artesanas de la región. Su trabajo se centra en el rescate de técnicas ancestrales de tejido, hilado a mano y teñido con pigmentos naturales, saberes que se transmiten de generación en generación. En sus diseños, Guadalupe integra elementos icónicos de la cultura santiagueña, como el sachaguitarra, el bombo legüero y la flor de mistol. “Estos símbolos son parte de nuestra historia, de nuestra música, de nuestra tradición”, explica. “Al llevarlos en la ropa, reivindicamos nuestra identidad y la mostramos al mundo”.

Otro claro ejemplo de esta efervescencia creativa es el trabajo de Javier Brandán, diseñador de indumentaria que explora la reutilización y el upcycling. “En Santiago del Estero poseemos una riqueza cultural inmensa, y también desafíos sociales importantes”, señala Javier. “A través de mi trabajo, busco demostrar que es posible crear moda de alta calidad con materiales reciclados, generando además oportunidades para personas en situación de vulnerabilidad”. Javier colabora con cooperativas de recicladores y talleres textiles comunitarios, dando una segunda vida a materiales que de otro modo serían desechados, transformando, por ejemplo, lonas publicitarias en chaquetas o retazos de tela en vestidos.

Este renacimiento de la moda santiagueña no se limita a los centros urbanos. En diversas comunidades de la provincia, grupos originarios como los tonokoté y los Vilela están impulsando la recuperación de sus técnicas textiles milenarias, creando prendas que son una extensión de su cosmovisión. “Nuestros tejidos son nuestra historia, nuestra identidad”, afirma Rosa Suárez, artesana tonokoté. “En cada puntada, plasmamos nuestros sueños y nuestras esperanzas”. Las prendas de estas comunidades se elaboran con lana de oveja hilada a mano y teñida con tintes naturales obtenidos de la flora local. Los diseños incorporan símbolos de la naturaleza y elementos culturales que conectan con sus ancestros y su entorno.

La moda en Santiago del Estero se consolida como un faro de creatividad, autenticidad y compromiso social. Diseñadores y artesanos locales están tejiendo historias en cada puntada, rescatando saberes ancestrales, revalorizando símbolos culturales y desafiando los estereotipos. Este movimiento, que trasciende las pasarelas y las tendencias pasajeras, nos invita a reflexionar sobre el valor de la identidad, la sostenibilidad y el trabajo colaborativo. La moda santiagueña es un espejo que refleja la profunda riqueza cultural de nuestra provincia y nos señala un camino hacia un futuro más consciente y equitativo.

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