Septiembre de 2025, Alzogaray Oliveri Milagro

Foto: Diario Panorama                                                                                              

La reciente edición de la Feria del Libro de Santiago del Estero brilló por su diversidad cultural, pero la notoria ausencia de la moda plantea interrogantes sobre su valorización como forma de expresión artística y su conexión con el mundo de las ideas.

Como cada año, la Feria del Libro de Santiago del Estero se erigió como un espacio de encuentro para escritores, lectores y amantes de la cultura. Sin embargo, este año, una gran omisión generó debate: la moda. Mientras el programa ofrecía talleres de cómic, charlas sobre salud mental y presentaciones de libros sobre la identidad santiagueña, la moda, ese lenguaje que nos viste y nos define, permaneció silenciada.

¿Por qué la moda sigue siendo relegada a un segundo plano en los círculos intelectuales? Esta visión, a menudo simplista, ignora la complejidad y el impacto cultural de la moda. La moda es mucho más que tendencias pasajeras y marcas ostentosas; es un reflejo de nuestra sociedad, un espejo que refleja nuestras aspiraciones, nuestros miedos y nuestros valores. Los diseñadores son narradores que utilizan telas, colores y formas para contar historias.

Tras indagar sobre esta ausencia, se vislumbran algunas posibles explicaciones, como la falta de interés, limitaciones de espacio o, quizás, un desconocimiento del potencial de la moda como herramienta de expresión cultural. Sin embargo, esta omisión representa una oportunidad perdida para enriquecer el debate cultural y conectar con un público diverso.

Imagino charlas sobre la representación de la moda en la literatura, analizando cómo autores como Balzac, Proust o Virginia Woolf utilizaron el vestuario para construir personajes complejos y transmitir mensajes sutiles. También visualizo talleres prácticos sobre diseño de moda, ilustración de moda o estilismo, invitando a diseñadores locales a compartir su talento y su visión.

La moda es un lenguaje poderoso que merece ser escuchado y valorado. Es hora de romper el silencio y reconocer su importancia como forma de expresión artística y cultural. Invito a los organizadores de la Feria del Libro de Santiago del Estero a reflexionar sobre esta ausencia y a considerar la inclusión de la moda en futuras ediciones, abriendo así un espacio para el diálogo y la creatividad.

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